Quién no ha contemplado con admiración y hasta deseo multitud de artículos de joyería que nos encantaría tener, lucir, regalar o que nos regalen.
De ello entendemos y mucho en Joyería en Plata Ana Sanchéz, pues trabajamos este apasionante mundo del diseño y venta de joyas desde el corazón y el alma poniendo en ello toda la sensibilidad del mundo.
Pero ciertamente resulta complicado determinar si la joyería es una necesidad o en realidad un lujo, y aunque de primeras tendamos a contestar rápidamente y con rotundidad que se trata de lo segundo, existen circunstancias y situaciones que avalan lo contrario, sobre todo cuando los sentimientos desfilan de por medio.
Disfrutar la joyería sin que nos supere la situación: todo en su justa medida.
Probablemente la adquisición de joyas esté absolutamente ligada a un poder adquisitivo alto, a un nivel social elevado, al glamour, o reservado a determinadas esferas de la sociedad para otros muchos inalcanzables.
Pero no todas las joyas son grandes piezas de altísimo valor de mercado, ya que los talleres de joyería disponen de productos muy variados que, siempre dentro de la calidad y veracidad de sus joyas, antes o después podremos otorgarnos ese placer en algún momento de nuestra vida.
Podríamos decir que para muchas personas, sobre todo las que disfrutan de una situación económica desahogada, las joyas pueden llegar a ser incluso una obsesión, y de ahí a convertirse en una necesidad para ellos de modo que mediante las mismas consigan ser el centro de atención de todas las miradas e intentar provocar con ello admiración, reconocimiento, posición, etc.
En esas circunstancias debemos recordar que las joyas nunca perderán su valor, pero el ser humano si dice muy poco de sí mismo si ese es su barómetro fundamental, ahí es donde perdemos el valor como personas.
Sin embargo, cuando una joya, por pequeña e insignificante que sea conlleva un importante valor sentimental; cuando es un legado familiar conservado de generación en generación, cuando la persona querida nos la hizo llegar como signo de su amor y su cariño, cuando perteneció a esa persona que tanto quisimos y nos quiso y antes de irse decidió que quedara en nuestras manos, ahí se convierte en una justificada y humana necesidad.
Necesidad de sentir cerca a la persona querida cada vez que la contemplemos, que la luzcamos y por ello se crea la necesidad de conservarla, cuidarla y protegerla como uno de nuestros mayores tesoros.
Vivir y disfrutar la joyería es un magnífico regalo que todos merecemos disfrutar y recibir en algún momento de nuestra vida. Por ello, cuando las vivimos de corazón se convierten en una necesidad más allá del lujo, pues eso ya lo aporta la pieza en sí misma sin necesidad de arrastrar historia tras ella.
Por ello en Joyería en Plata Ana Sanchéz vendemos corazón y sentimientos en cada pieza sabiendo que más allá del lujo llegarán los sentimientos de cada cliente que confía en nosotros.